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viernes, 31 de julio de 2020

"Lo esencial" discurso inspirado en el principito

Este discurso lo hice para un espectáculo que se realizaría en mi colegio en honor al libro del principito, iba a ser lo que cerrara la noche y yo iba a decirlo vestida del personaje del aviador. 
por temas primero de mi país, el estallido social y luego mundiales, es decir la pandemia, no pudimos realizar el show y mi discurso no pudo decirse. 
De igual manera es un trabajo que me llevó algunos meses y del que me siento orgullosa por lo que me decidí a publicarlo aquí para que cualquiera pueda leerlo. 
A continuación verán no solo el discurso final si no que tres versiones distintas del mismo, para que vean como fue el proceso de edición y de corrección.Estas no son las únicas que hay, pero se entenderá. Es que, al ser para un espectáculo de una institución, el discurso aunque fuera mio no podía irse de sus lineamientos por lo que tuve que quitar algunas partes que se consideraron polémicas y obviamente cuidar el lenguaje. aun así el resultado final me gusta mucho, algunos cambios fueron necesarios y además, sigue siendo mio. 
estoy muy agradecida de los profesores que me ayudaron a afinarlo y de poder completar este proyecto. 
Avisaré de antemano que esta entrada sera mucho más larga que las demás y que si solo te interesa leer el resultado final esta colocado en otra entrada. 
como dice en el titulo el discurso esta inspirado en el principito y es una reflexión de como ese libro puede ser interpretado en nuestro tiempo, si no lo entienden es porque probablemente no han leido el principito así que les recomiendo que se lo lean, aunque no es necesario. Está en primera persona porque es como si el aviador se estuviera dirigiendo a ustedes. 
Espero les guste. 


Discurso final educación cósmica

1° versión solo con correcciones preliminares

“lo esencial es invisible a los ojos” esta es la, ahora famosa frase, que me enseño el principito, seguramente muchos de ustedes la conocen, pero ¿Cuántos se lo han cuestionado? ¿Qué es “lo esencial” exactamente?

Cuando era solo un niño, las personas mayores tiraron por la borda mi carrera de artista. “Dedícate a cosas más serias” me dijeron, como si el arte no tuviera seriedad, como si no fuera suficiente, estudia medicina; estudia ingeniería; estudia derecho; no estudies música, te vas a morir de hambre ¿les suena familiar? ¿Se lo han dicho a sus hijos?

Sin embargo el principito tenía una noción distinta de las cosas serias en comparación con los adultos, nunca los entendió ni yo tampoco. Pues, mientras estos se preocupaban de problemas matemáticos y estadísticos, como, por ejemplo, de la economía, nuestro amiguito, se OCUPABA de problemas, ¿cómo decirlo? De problemas importantes, como, por ejemplo, de su planeta ¿han oído sobre la crisis climática? ¿Sobre Greta Thunderg? Quien es criticada por muchos justamente por su edad, pero déjenme decirles algo. Que los jóvenes estén haciendo una revolución con respecto al clima no es coincidencia, ni lo fue cuando la lucha fue la educación o la democracia o la libertad y Son cosas que nos hacen pensar sobre lo poco serios que somos realmente. 

Cuando el principito se encontró al rey, lo encontró ridículo, y es que este personaje se creía con el poder absoluto sobre las cosas, sin embargo, no tenía tal poder y así insistía en ordenar cosas evidentes a tal grado que es absurdo. ¿Por qué? ¿Para sentirse importante? ¿Para ser serio? Si fuera así, con ninguna de sus órdenes logró su cometido. 

Escenas así se repiten en todo su viaje y también se repiten en nuestro mundo adulto. 

Es decir, nos empeñamos en ser admirados, en alimentar nuestro ego con likes y seguidores, como el vanidoso; nos enfrascamos en el trabajo, no tenemos tiempo para nada más ¿para qué? Para luego ganar dinero y gastarlo en cosas sin sentido, como hace el hombre de negocios; nos ahogamos en vicios para salir de la rutina y olvidarnos de problemas que nosotros mismos hemos creado, como el borracho; vivimos una vida individualista sin fijarnos en las cosas simples y bellas que nos rodean como el geógrafo. 

Yo me pregunto ¿Por qué? Seguimos protocolos, títulos y etiquetas tan fielmente que se dan situaciones ridículas ¿Por qué? Nos preocupamos en tener cosas tan banales que no tenemos nada en realidad ¿Por qué? No somos felices ¿Por qué? La única persona cuerda que encuentra el principito es el farolero, y es que en él encuentra una pisca de humildad, de nobleza que ningún otro tenía, pero aun así él vivía a una rapidez vertiginosa que no lo dejaba descansar, al igual que nosotros.

 Así que, ¿te gusta lo que escuchas? ¿Te identificaste con alguno? ¿Queremos seguir viviendo así? Porque así de vacíos, superficiales e irracionales somos. “las personas mayores son francamente extraordinarias” decía nuestro amigo, el principito y es que los niños en cambio, no viven así, una nueva irrupción en su entorno, por más mínima que sea, puede asombrarlo sobremanera; su visión del mundo no es más infantil, es más real, no tienen por qué guardar las apariencias ni reprimir emociones, piensen ¿Cuántas veces un niño nos ha quitado las palabras? ¿Cuántas veces nos enseñan, nos dejan pensando? 

Volviendo a la pregunta que nos compete aquí, la escena clave en todo esto es cuando el principito, ya en la tierra y con ayuda del zorro, comprende el significado del amor, del cariño. Una especie de amor que traspase las barreras del tiempo y del espacio; un amor que se alimente con los detalles, donde cada momento es unan eternidad, donde una mano amiga puede cambiar tu rumbo y terminar con los problemas, una cariño y empatía donde cada sonrisa te entibie el corazón, no necesitarás más nada del mundo, porque “lo esencial” será suficiente. Junto con esto entiende también porque su rosa es única en el mundo, simplemente, es porque es importante para él.  Por esa razón todos los que estamos aquí presentes somos únicos, todos los seres en esta tierra lo son, somos importantes, cada individuo de los que forman este gran ecosistema llamado tierra. 

Para terminar me gustaría transmitirles lo último que el principito me dejó al despedirse, esto fue su risa, me regalo una sonrisa, así de simple y sencillo y es el mejor regalo que jamás alguien me pudo haber dado, me la regaló en forma de cascabeles en las estrellas, cada vez que veo el cielo, me rio. 

Espero estén dimensionando estas palabras, porque no muchos entienden su significado 

¡Me regaló su risa! Pero no solo su risa ¡Me regalo el reconciliarme con mi niño interior! ¡Me regalo el disfrutar de mi infancia nuevamente! ¡Me regalo una razón para sonreír! ¡Me regalo felicidad! ¡Me regalo una enseñanza! me regalo “lo esencial”

Lo esencial, esa palabra mágica, la que es invisible a los ojos. Todos los días vemos indiferencia, sufrimiento, desconexión. Buscamos la fama, el dinero, el éxito, pero nos olvidamos de lo más importante, aquello que nos espera escondido en lo más profundo de nosotros. Lo esencial, es personal para cada uno y todos hemos venido en su búsqueda. 

Para mi es mirar a las estrellas y tener la certeza de que el principito volvió a su planeta a cuidar de su flor y de que el cordero no se haya comido a la rosa.


Discurso final educación cósmica

4° versión adaptado a lo que iba a ser el espectáculo del colegio y a la institución

“lo esencial es invisible a los ojos”. 

Esta es la frase que nos enseñó el principito, pero ¿Cuántos se lo han cuestionado? ¿Qué es “lo esencial” exactamente?

Cuando yo era solo un niño, las personas mayores tiraron por la borda mi carrera de artista. “Dedícate a cosas más serias” me dijeron, estudia medicina; estudia ingeniería; estudia derecho; ¿les suena familiar? como si el arte no tuviera seriedad, como si no fuera suficiente.

Pero el arte es libertad señoras y señores, y debería ser suficiente, pues el arte nos acerca a eso que hemos perdido, la parte más natural que tenemos y que reprimimos, a los sentimientos. Emocionémonos.

El principito tenía una noción de las cosas serias, distinta a la de las personas mayores. él nunca entendió a los adultos. Pues, mientras estos se preocupaban de problemas matemáticos y estadísticos, como, por ejemplo, de la economía, nuestro amiguito, se OCUPABA de problemas, ¿cómo decirlo? De problemas importantes, como, por ejemplo, de su planeta.

Que los jóvenes se estén haciendo cargó del medioambiente hoy, no es coincidencia, ni lo fue cuando la lucha fue la educación, la democracia o la libertad. Pasamos diciendo que los niños son el futuro cuando en realidad son el presente. Actúan de manera tan autentica que nos dan el ejemplo, su visión del mundo no es más infantil, es más real, no tienen por qué guardar las apariencias ni reprimir sus emociones. piensen ¿Cuántas veces un niño nos ha quitado las palabras? ¿Cuántas veces nos enseñan, nos dejan pensando? Y aunque apreciamos su manera de ser y de pensar ¿los escuchamos en realidad? ¿hacemos nuestros, sus problemas? ¿los tratamos como se merecen, con cariño? ¿le decimos lo orgullosos que estamos de ellos? Sensibilicémonos. 

Porque, mientras tanto ¿qué hacemos los adultos? ¿Qué les enseñamos? ¿Qué queremos ser? ¿acaso queremos ser “soberanos” de todo como el rey? ¿acaso necesitamos ser admirados? ¿tener muchos likes y seguidores como el vanidoso? ¿acaso queremos perder toda nuestra vida trabajando por algo ficticio como el hombre de negocios? ¿acaso queremos arrepentirnos de nuestras decisiones y vivir con culpa y melancolía como el bebedor? ¿acaso queremos perdernos de lo bello por aferrarnos a “serio” como el geógrafo? 

Sabemos que nada de esto funciona ¿Por qué lo hacemos entonces? Seguimos protocolos, títulos y etiquetas tan fielmente que se dan situaciones ridículas ¿Por qué? Nos preocupamos en tener cosas tan banales que no tenemos nada en realidad ¿Por qué? No somos felices ¿Por qué? La única persona cuerda que encuentra el principito es el farolero, y es que en él encuentra una pisca de humildad, de nobleza que ningún otro tenía, pero aun así él vivía a una rapidez vertiginosa que no lo dejaba descansar, estresado, al igual que nosotros.

¿Queremos seguir viviendo así? Porque así de vacíos, superficiales e irracionales somos. “las personas mayores son francamente extraordinarias” decía nuestro amigo, el principito. 

¿será entonces que debemos volver a mirar a nuestro niño interior que hemos dejado atrás, acogerlo y adoptar su comportamiento, para así no volver a caer en la frialdad? ¿hasta cuándo dejaremos que el tiempo se nos vaya volando en cosas que ni siquiera disfrutamos hacer? Reflexionemos. 

¿Qué tal si mejor practicamos la domesticación? Así el principito comprende el significado del amor, del cariño. Una especie de amor que traspase las barreras del tiempo y del espacio; un amor que se alimente con los detalles, donde cada momento es una eternidad, donde una mano amiga puede cambiar tu rumbo y terminar con los problemas. Un cariño y una empatía donde cada sonrisa te entibie el corazón, no necesitarás más nada del mundo, porque “lo esencial” será suficiente.

Lo esencial, esa palabra mágica, la que es invisible a los ojos. Todos los días vemos indiferencia, sufrimiento, desconexión. Buscamos la fama, el dinero, el éxito, pero nos olvidamos de lo más importante, aquello que nos espera escondido en lo más profundo de nosotros. Lo esencial, aquello que damos poco, un te quiero, un gracias, un perdón, palabras mágicas que cambian vidas. Recuerdos, momentos, risas, que dan más que un regalo material. Eso es lo esencial, todo lo que no se ve, ni se toca, sino que se siente, y no con el cuerpo, sino que con el corazón. 

Cuando dos personas se dan un abrazo de verdad, sus corazones se sincronizan en la misma frecuencia, un momento totalmente mágico ¿hace cuánto que no damos un abrazo de esos? 

El principito entendió que su rosa era esencial para su vida. Que es única en el mundo por el simple hecho de ser importante para él. ¿Hemos entendido que es lo esencial para nuestras vidas? ¿Qué hacemos por esas personas únicas? ¿Qué tal si en vez de indiferencia e ignorancia, repartimos el amor que supuestamente profesamos?

Me gustaría transmitirles lo último que el principito me dejó al despedirse, esto fue su risa, me regalo una sonrisa, así de simple y sencillo y es el mejor regalo que jamás alguien me pudo haber dado, me la regaló en forma de cascabeles en las estrellas, y cada vez que veo el cielo, me rio. 

Espero estén comprendiendo estas palabras y que resuenen en sus cabezas.

¡Me regaló su risa! Pero no solo su risa ¡Me regalo el reconciliarme con mi niño interior! ¡Me regalo el disfrutar de mi infancia nuevamente! ¡Me regalo una razón para sonreír! ¡Me regalo felicidad! ¡Me regalo una enseñanza! ¡me regalo amor! me regalo “lo esencial”

Y es también esto, lo esencial, y todo lo que significa lo que les quiero regalar a ustedes esta noche a través de las palabras. 

Emoción, sensibilidad y reflexión es lo que necesitamos para entender lo esencial y practicarlo en nuestras vidas. 

Emocionémonos, sensibilicémonos y reflexionemos ya verán como cambia el mundo. 

Lo esencial

última versión con arreglos después de estallido social

“lo esencial es invisible a los ojos”.

Esta es la frase que nos enseñó el principito, pero ¿Cuántos se lo han cuestionado? ¿Qué es “lo esencial” exactamente?

Cuando yo era solo un niño, las personas mayores tiraron por la borda mi carrera de artista. “Dedícate a cosas más serias” me dijeron, estudia medicina; estudia ingeniería; estudia derecho; ¿les suena familiar? como si el arte no tuviera seriedad, como si no fuera suficiente.

Pero el arte es libertad señoras y señores, y debería ser suficiente, pues el arte nos acerca a eso que hemos perdido, a la parte más natural que tenemos y que reprimimos, a los sentimientos. Emocionémonos.

El principito tenía una noción de las cosas serias distinta a la de las personas mayores. él nunca entendió a los adultos. Pues, mientras estos se preocupaban de problemas matemáticos y estadísticos, como, por ejemplo, de la economía, nuestro amiguito, se OCUPABA de problemas, ¿cómo decirlo? De problemas importantes, como, por ejemplo, de su planeta.

Que los jóvenes se estén haciendo cargo del medioambiente hoy, no es coincidencia, ni lo fue cuando la lucha fue la educación, la democracia o la libertad. Pasamos diciendo que los niños son el futuro cuando en realidad son el presente. Actúan de manera tan autentica que nos dan el ejemplo, su visión del mundo no es más infantil, es más real, no tienen por qué guardar las apariencias ni reprimir sus emociones. piensen ¿Cuántas veces un niño nos ha quitado las palabras? ¿Cuántas veces nos enseñan, nos dejan pensando? Y aunque apreciamos su manera de ser y de pensar ¿los escuchamos en realidad? ¿hacemos nuestros, sus problemas? ¿los tratamos como se merecen, con cariño? ¿le decimos lo orgullosos que estamos de ellos? Sensibilicémonos.

Porque, mientras tanto ¿qué hacemos los adultos? ¿Qué les enseñamos? ¿Qué queremos ser? ¿acaso queremos ser “soberanos” de todo como el rey? ¿acaso necesitamos ser admirados? ¿tener muchos likes y seguidores como el vanidoso? ¿acaso queremos perder toda nuestra vida trabajando por algo ficticio como el hombre de negocios? ¿acaso queremos arrepentirnos de nuestras decisiones y vivir con culpa y melancolía como el bebedor? ¿acaso queremos perdernos de lo bello por aferrarnos a “serio” como el geógrafo?

Sabemos que nada de esto funciona ¿Por qué lo hacemos entonces? Seguimos protocolos, títulos y etiquetas tan fielmente que se dan situaciones ridículas ¿Por qué? Nos preocupamos en tener cosas tan banales que no tenemos nada en realidad ¿Por qué? No somos felices ¿Por qué? La única persona cuerda que encuentra el principito es el farolero, y es que en él encuentra una pisca de humildad, de nobleza que ningún otro tenía, pero aun así él vivía a una rapidez vertiginosa que no lo dejaba descansar, estresado, al igual que nosotros.

¿Queremos seguir viviendo así? Porque así de vacíos, superficiales e irracionales somos. “las personas mayores son francamente extraordinarias” decía nuestro amigo, el principito. ¿será entonces que debemos volver a mirar a nuestro niño interior que hemos dejado atrás, acogerlo y adoptar su comportamiento, para así no volver a caer en la frialdad? ¿hasta cuándo dejaremos que el tiempo se nos vaya volando en cosas que ni siquiera disfrutamos hacer? Reflexionemos. ¿Qué tal si mejor practicamos la domesticación? Así el principito comprende el significado del amor, del cariño. Una especie de amor que traspase las barreras del tiempo y del espacio; un amor que se alimente con los detalles, donde cada momento es una eternidad, donde una mano amiga puede cambiar tu rumbo y terminar con los problemas. Un cariño y una empatía donde cada sonrisa te entibie el corazón, no necesitarás más nada del mundo, porque “lo esencial” será suficiente.

Lo esencial, esa palabra mágica, la que es invisible a los ojos. Todos los días vemos indiferencia, sufrimiento, desconexión. Buscamos la fama, el dinero, el éxito, pero nos olvidamos de lo más importante, aquello que nos espera escondido en lo más profundo de nosotros. Lo esencial, aquello que damos poco, un te quiero, un gracias, un perdón, palabras mágicas que cambian vidas. Recuerdos, momentos, risas, que dan más que un regalo material. Eso es lo esencial, todo lo que no se ve, ni se toca, sino que se siente, y no con el cuerpo, sino que con el corazón.

Cuando dos personas se dan un abrazo de verdad, sus corazones se sincronizan en la misma frecuencia, un momento totalmente mágico ¿hace cuánto que no damos un abrazo de esos? El principito entendió que su rosa era esencial para su vida. Que es única en el mundo por el simple hecho de ser importante para él. ¿Hemos entendido que es lo esencial para nuestras vidas? ¿Qué hacemos por esas personas únicas? ¿Qué tal si en vez de indiferencia e ignorancia, repartimos el amor que supuestamente profesamos?

Me gustaría transmitirles lo último que el principito me dejó al despedirse, esto fue su risa, me regalo una sonrisa, así de simple y sencillo y es el mejor regalo que jamás alguien me pudo haber dado, me la regaló en forma de cascabeles en las estrellas, y cada vez que veo el cielo, me rio. Espero estén comprendiendo estas palabras y que resuenen en sus cabezas.

¡Me regaló su risa! Pero no solo su risa ¡Me regalo el reconciliarme con mi niño interior! ¡Me regalo el disfrutar de mi infancia nuevamente! ¡Me regalo una razón para sonreír! ¡Me regalo felicidad! ¡Me regalo una enseñanza! ¡me regalo amor! me regalo “lo esencial”

Y es también esto, lo esencial, y todo lo que significa lo que les quiero regalar a ustedes esta noche a través de las palabras.

Emoción, sensibilidad y reflexión es lo que necesitamos para entender lo esencial y practicarlo en nuestras vidas.

Emocionémonos, sensibilicémonos y reflexionemos ya verán como cambia el mundo.



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