Buscando la vida
(título temporal)
Prologo:
Noelia tenía
6 años cuando sus padres la llevaron al río por primera vez, aquel que era
indispensable para que su pueblo viviera, era su única fuente de recursos y lo
único que su gente conocía y quería conocer, la niña reía y saltaba en libertad
por los cultivos de trigo y maíz que el arroyo alimentaba. Ellos vivían a un
día de allí en las llanuras, pero cada dos meses su madre o su padre hacían el
mismo recorrido para sacar agua del rio y rellenar el pozo de su familia y
vecinos en una pequeña comunidad, esta era la primera vez que dejaban a Noelia
ir con ellos.
Al fin la
familia llego a la orilla, justo a tiempo de ver un hermoso atardecer, apenas
la pequeña se dio cuenta que habían llegado, se conmocionó, nunca había visto
nada parecido, un gran torrente de agua cristalina corría rápidamente hacia
quien sabe dónde, a veces arremolinándose en posones o formándose en pequeñas
cascadas, sus ojos se iluminaron y sonriendo metió sus pies lentamente en las frias y transparentes aguas con el debido respeto, descubriendo que no había
peligro, una tierna emoción y un alivio la invadieron superando así su miedo, y
queriendo más, metió sus mano en el rio y salpicó riéndose.
– ¡no te
separes de la orilla! – escuchó gritar a su madre - ¿Por qué? Respondió la niña
con esa curiosidad propia de ellos.
– porque la
corriente es fuerte aquí y te puede arrastrar al mar.-
Satisfecha
con la respuesta Noelia asintió y se dedico a jugar en el agua, chapoteando y salpicando mientras sus
padres se dedicabas a rellenar las cubetas, de repente sintió intriga y mirando
al río preguntó.
– ¿de donde
sale tanta agua mami?
– no lo
sabemos, nadie ha ido tan lejos y vuelto para contarlo. – le respondió ahora su
padre tomándola en brazos para sacarla del agua.
– debe de
ser un lugar muy bello para que nadie haya querido volver.
– no creó
que tu padre se refiera a eso cariño - dijo la mujer a su hija sonriendo por la inocencia de sus palabras.
Pero Noelia
ya no estaba escuchando, soñando despierta e ilusionada dijo – algún día iré a donde empieza el rio
y los llevaré allí.
– claro que
sí, pero será mejor que vayamos a casa por ahora.
La niña se
quedo un rato más mirando el atardecer en el horizonte con ojos soñadores hacia
donde el arroyo parecía nacer del sol.
Cata está buenísimo, me gustó mucho
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