En tu memoria
hola, esta es una historia que escribí hace mucho tiempo, pero que retome y arreglé este año para inscribirla en un concurso, en el que te ganabas una clase exclusiva para futuros escritores que daba el mismo Paulo Coelho, ganaban 24 personas y las doce primeras una beca para este curso, fue por allá en junio y no gané la verdad, pero quise compartir igualmente el escrito, además no importó mucho, no he leído ningun libro de paulo aún y apenas lo conocía hasta esa fecha, pero bueno aquí esta. espero les guste.
En tu memoria
Hoy sería nuestro tercer aniversario, “te extraño tanto
Gabriel” suspiré, el bus se detuvo y llegue a mi destino, me baje y dirigí al
edificio donde trabajo, soy diseñadora de modas de una famosa marca de mi país
junto con mi amiga Ale, llevo poco más de un año trabajando aquí y estoy esperando
a que me asciendan, pues he trabajado muy duro para llegar a donde estoy y sigo
esforzándome día a día, pero hoy frente a mi computadora me es imposible
concentrarme, me encuentro perdida en mis recuerdos.
Lo conocí en una cafetería, él trabajaba ahí para pagarse la universidad,
allí coqueteaba con todas las clientas y no sé porque pensé que conmigo sería
diferente…
– cafetería “medialuna”
¿Por qué no comemos algo aquí?
– claro te sigo –
entramos al local, como se veía lleno, estábamos por irnos cuando…
– ¡hey! ¿mesa para dos,
chicas? – nos preguntó un joven que debía ser de nuestra edad, era alto,
moreno, de cabello corto, castaño y ojos de igual color, no había nada que llamara
la atención de su rostro, pero aun así había algo que me atraía demasiado,
recuerdo que lo único que pude hacer en una primera instancia fue asentir
nerviosamente, el sonrió divertido por mi reacción y nos condujo a una mesa al
lado de la ventana.
– les busque en mejor
puesto del lugar – nos dijo, luego sacó una silla de la mesa y nos invitó a
sentarnos – ¿Qué van a pedir…? ¿puedo llamarlas por su nombre? – nos preguntó
luego de traernos el menú.
– no se para que
quieres nuestros nombres, pero soy Ale de todas formas y pediré solo una
ensalada gracias… Gabriel – dijo mi amiga leyendo su placa
– está bien ¿y tú…?
– soy Lucía – le ayude
– Lucía, lindo nombre
¿Qué te sirvo Lucía?
– un cappuccino con una
media luna por favor.
– que clásica – dijo
como con reproche – me gusta – terminó y fue por nuestros pedidos, yo me
sonroje
– así que te gusto el
mesero—me molestó mi amiga Ale al salir.
– ¡que! Yo no… bueno
quizás sí.
– tienes suerte, a mí
ni me puso atención.
Sonreí por el recuerdo melancólicamente, me desperté de mi
ensoñación cuando me habló Ale.
– Lucía, Lucía, te estaba diciendo que
te mande las correcciones de los diseños a tu correo, ya puedes revisarlos.
– claro yo me ocupo – dije aun un poco
perdida, ella se dio cuenta.
– ¿estás bien amiga?
– si es solo que hoy habría sido
nuestro aniversario y es imposible no caer en los recuerdos
– pero ¿en serio estas bien?
– sí, te lo demostraré, que tal si almorzamos
juntas hoy en la cafetería “medialuna”
– pero ahí es donde se conocieron
– exacto.
– entonces te veo ahí – terminó ella y
se fue a trabajar
Cafetería “medialuna”, tantos buenos momentos, desde nuestro
primer encuentro empecé a ir cada vez más seguido a verle, a veces llevaba a
alguna amiga como escusa, quizá me tilden de obsesiva, pero al parecer funcionó
porque cada vez él se fijaba más en mí y de cruzar algunas palabras pasamos a
tener largas conversaciones, nos dimos nuestros números y fuimos por un tiempo
buenos amigos hasta que empezamos a salir…
“pensé que te vería
hoy” leí el mensaje de Gabriel cuando termine de leer mi libro.
“lo siento, tuve que
estudiar, pero nos veremos mañana” le conteste, a los segundos después recibí
otro mensaje.
“de hecho estaba
pensando en vernos hoy en la noche”
“te escucho”
“hoy me toca cerrar la
cafetería un poco más temprano, nos vemos a las 8:00 allá”
“ ¿no crees que es una invitación un poco brusca para una cita?”
“ ¿no crees que es una invitación un poco brusca para una cita?”
“nunca dije que sería
una cita” “bueno si lo es, pero valdrá la pena, créeme”
“Está bien te veo allí”
A las 8:15 llegué a la
cafetería él ya me estaba esperando, reí al ver su fallido intento de verse más
elegante, no le quedaba.
– ¿Qué haremos?
– pues entraremos y
verás la sorpresa que te preparé
– ahora cierra los ojos
– cerré los ojos, sentí como entramos y como él se separó y empezó a mover
algunas cosas.
– ¿ya puedo abrir los
ojos? – pregunté insegura -- espera… 3… 2…1… ya – abrí los ojos—feliz
cumpleaños Lucia.
Me quedé sin palabras
– sé que te gusta lo
clásico y como es tu cumpleaños quize hacer algo especial.
Me había preparado una
cena como de las películas, con velas, elegante y aunque la comida no era muy
fina porque la había preparado él, agradecí el esfuerzo.
Esa noche me la pasé muy bien, terminada la cena nos besamos
y desde ahí todo fue cuesta arriba, fui muy feliz cuando aproximadamente un mes
después me pidió que fuera su novia, durante mucho tiempo estuvimos muy bien,
hacíamos viajes juntos a lugares cercanos, conocimos la familia y amigos de
cada uno y hasta llegó el momento en el que sabíamos todas la mañas, secretos y
mínimos detalles del otro, eso a veces nos beneficiaba pero a veces nos
perjudicó, porque luego de ese momento empezamos a discutir y pelear, muchas
veces era por cosas muy tontas y aunque siempre lo resolvíamos, aún recuerdo la
mayor pelea que tuvimos donde llevados por los celos e influenciados por los
malos comentarios, llegamos a estar separados por varios días, más de dos
semanas, pero por suerte lo superamos, me acuerdo que cuando al fin los enfrentamos,
Gabriel me dijo “te amo” por primera vez a lo que yo respondí con un beso, esa
vez no fue la última, recuerdo todas las veces en las que le pude haber dicho
lo que en verdad sentía y no lo hice, cuando él me lo decía yo contestaba con ironías
y algún gesto, pero nunca le respondí directamente por miedo, no se a lo que le
tenía miedo en realidad, y ahora no haberle dicho esas dos palabras es de lo
que más me arrepiento en mi corta vida.
Mientras me hacía esas preguntas sin respuesta me preparaba
para salir a almorzar, Ale ya me estaba esperando, pues había terminado sus
deberes del día antes que yo, me encaminé a la estación de buses y esperé a que
llegara el que me correspondía, cuando llegó me subí y me senté al lado de la
ventana, una mujer mayor se sentó a mi lado, luego de diez minutos esta se puso
a dormir en mi hombro, no es que me importara yo estaba mirando para afuera,
ajena a todo lo demás, recordando con la parte más triste de esta historia.
Al termino de mi última
clase de la universidad, por las cinco y media de la tarde prendí mi teléfono
que había dejado apagado para prestar mejor atención, al revisarlo me di cuenta
que tenía diez llamadas perdida de mi suegra, la llame rápidamente para saber
que pasaba.
– tuvo un accidente de tránsito, está muy grave, ¡ven rápido! – me dijo con
ataque en cuanto me contestó.
Llegue lo más rápido
que pude a la clínica en taxi, subí al piso que me dijeron, me colé entre los
médicos a la sala de urgencias y entonces lo vi, a mi novio lo estaban
reanimando, fue una imagen difícil de explicar, su cuerpo saltaba con la
corriente y yo lo único que podía hacer era quedarme mirando, cuando sonó un
largo pitido y los doctores anunciaban la hora de la muerte, me quedé en
blanco, escuchaba a la madre de Gabriel gritar, llorar y patalear, pero yo aún
no podía creer que era cierto, cuando lo comprendí, sentí que un pedazo de mi
alma se iba con él.
Mi bus llegó a su destino, cafetería “medialuna”, donde Ale
me estaba esperando con su radiante sonrisa de siempre, sonreí yo también y me
senté con ella, porque hoy poco menos de una año después de la tragedia, estoy
lista para avanzar, siempre recordaré los buenos momentos que pasamos, ahora
puedo decir que he aprendido a apreciar a las personas a tu alrededor y
quererlas, siempre te amaré amor mío, pero estoy lista para empezar de cero y
divertirme, porque vale la pena vivir, vale la pena vivir por ti y en tu
memoria Gabriel.
Rio con mi amiga una vez más y en este momento sólo tengo
tiempo para ella.