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lunes, 6 de noviembre de 2017

En tu memoria (historia corta)

En tu memoria

hola, esta es una historia que escribí hace mucho tiempo, pero que retome y arreglé este año para inscribirla en un concurso, en el que te ganabas una clase exclusiva para futuros escritores que daba el mismo Paulo Coelho, ganaban 24 personas y las doce primeras una beca para este curso, fue por allá en junio y no gané la verdad, pero quise compartir igualmente el escrito, además no importó mucho, no he leído ningun libro de paulo aún y apenas lo conocía hasta esa fecha, pero bueno aquí esta. espero les guste.

En tu memoria
Hoy sería nuestro tercer aniversario, “te extraño tanto Gabriel” suspiré, el bus se detuvo y llegue a mi destino, me baje y dirigí al edificio donde trabajo, soy diseñadora de modas de una famosa marca de mi país junto con mi amiga Ale, llevo poco más de un año trabajando aquí y estoy esperando a que me asciendan, pues he trabajado muy duro para llegar a donde estoy y sigo esforzándome día a día, pero hoy frente a mi computadora me es imposible concentrarme, me encuentro perdida en mis recuerdos.
Lo conocí en una cafetería, él trabajaba ahí para pagarse la universidad, allí coqueteaba con todas las clientas y no sé porque pensé que conmigo sería diferente…
– cafetería “medialuna” ¿Por qué no comemos algo aquí?
– claro te sigo – entramos al local, como se veía lleno, estábamos por irnos cuando…
– ¡hey! ¿mesa para dos, chicas? – nos preguntó un joven que debía ser de nuestra edad, era alto, moreno, de cabello corto, castaño y ojos de igual color, no había nada que llamara la atención de su rostro, pero aun así había algo que me atraía demasiado, recuerdo que lo único que pude hacer en una primera instancia fue asentir nerviosamente, el sonrió divertido por mi reacción y nos condujo a una mesa al lado de la ventana.
– les busque en mejor puesto del lugar – nos dijo, luego sacó una silla de la mesa y nos invitó a sentarnos – ¿Qué van a pedir…? ¿puedo llamarlas por su nombre? – nos preguntó luego de traernos el menú.
– no se para que quieres nuestros nombres, pero soy Ale de todas formas y pediré solo una ensalada gracias… Gabriel – dijo mi amiga leyendo su placa
– está bien ¿y tú…?
– soy Lucía – le ayude
– Lucía, lindo nombre ¿Qué te sirvo Lucía?
– un cappuccino con una media luna por favor.
– que clásica – dijo como con reproche – me gusta – terminó y fue por nuestros pedidos, yo me sonroje
– así que te gusto el mesero—me molestó mi amiga Ale al salir.
– ¡que! Yo no… bueno quizás sí.
– tienes suerte, a mí ni me puso atención.
Sonreí por el recuerdo melancólicamente, me desperté de mi ensoñación cuando me habló Ale.
Lucía, Lucía, te estaba diciendo que te mande las correcciones de los diseños a tu correo, ya puedes revisarlos.
claro yo me ocupo – dije aun un poco perdida, ella se dio cuenta.
¿estás bien amiga?
si es solo que hoy habría sido nuestro aniversario y es imposible no caer en los recuerdos
pero ¿en serio estas bien?
 sí, te lo demostraré, que tal si almorzamos juntas hoy en la cafetería “medialuna”
pero ahí es donde se conocieron
exacto.
entonces te veo ahí – terminó ella y se fue a trabajar
Cafetería “medialuna”, tantos buenos momentos, desde nuestro primer encuentro empecé a ir cada vez más seguido a verle, a veces llevaba a alguna amiga como escusa, quizá me tilden de obsesiva, pero al parecer funcionó porque cada vez él se fijaba más en mí y de cruzar algunas palabras pasamos a tener largas conversaciones, nos dimos nuestros números y fuimos por un tiempo buenos amigos hasta que empezamos a salir…
“pensé que te vería hoy” leí el mensaje de Gabriel cuando termine de leer mi libro.
“lo siento, tuve que estudiar, pero nos veremos mañana” le conteste, a los segundos después recibí otro mensaje.
“de hecho estaba pensando en vernos hoy en la noche”
“te escucho”
“hoy me toca cerrar la cafetería un poco más temprano, nos vemos a las 8:00 allá”
“ ¿no crees que es una invitación un poco brusca para una cita?”
“nunca dije que sería una cita” “bueno si lo es, pero valdrá la pena, créeme”
“Está bien te veo allí”
A las 8:15 llegué a la cafetería él ya me estaba esperando, reí al ver su fallido intento de verse más elegante, no le quedaba.
– ¿Qué haremos?
– pues entraremos y verás la sorpresa que te preparé
– ahora cierra los ojos – cerré los ojos, sentí como entramos y como él se separó y empezó a mover algunas cosas.
– ¿ya puedo abrir los ojos? – pregunté insegura -- espera… 3… 2…1… ya – abrí los ojos—feliz cumpleaños Lucia.
Me quedé sin palabras
– sé que te gusta lo clásico y como es tu cumpleaños quize hacer algo especial.
Me había preparado una cena como de las películas, con velas, elegante y aunque la comida no era muy fina porque la había preparado él, agradecí el esfuerzo.
Esa noche me la pasé muy bien, terminada la cena nos besamos y desde ahí todo fue cuesta arriba, fui muy feliz cuando aproximadamente un mes después me pidió que fuera su novia, durante mucho tiempo estuvimos muy bien, hacíamos viajes juntos a lugares cercanos, conocimos la familia y amigos de cada uno y hasta llegó el momento en el que sabíamos todas la mañas, secretos y mínimos detalles del otro, eso a veces nos beneficiaba pero a veces nos perjudicó, porque luego de ese momento empezamos a discutir y pelear, muchas veces era por cosas muy tontas y aunque siempre lo resolvíamos, aún recuerdo la mayor pelea que tuvimos donde llevados por los celos e influenciados por los malos comentarios, llegamos a estar separados por varios días, más de dos semanas, pero por suerte lo superamos, me acuerdo que cuando al fin los enfrentamos, Gabriel me dijo “te amo” por primera vez a lo que yo respondí con un beso, esa vez no fue la última, recuerdo todas las veces en las que le pude haber dicho lo que en verdad sentía y no lo hice, cuando él me lo decía yo contestaba con ironías y algún gesto, pero nunca le respondí directamente por miedo, no se a lo que le tenía miedo en realidad, y ahora no haberle dicho esas dos palabras es de lo que más me arrepiento en mi corta vida.
Mientras me hacía esas preguntas sin respuesta me preparaba para salir a almorzar, Ale ya me estaba esperando, pues había terminado sus deberes del día antes que yo, me encaminé a la estación de buses y esperé a que llegara el que me correspondía, cuando llegó me subí y me senté al lado de la ventana, una mujer mayor se sentó a mi lado, luego de diez minutos esta se puso a dormir en mi hombro, no es que me importara yo estaba mirando para afuera, ajena a todo lo demás, recordando con la parte más triste de esta historia.
Al termino de mi última clase de la universidad, por las cinco y media de la tarde prendí mi teléfono que había dejado apagado para prestar mejor atención, al revisarlo me di cuenta que tenía diez llamadas perdida de mi suegra, la llame rápidamente para saber que pasaba.
tuvo un accidente de tránsito, está muy grave, ¡ven rápido! – me dijo con ataque en cuanto me contestó.
Llegue lo más rápido que pude a la clínica en taxi, subí al piso que me dijeron, me colé entre los médicos a la sala de urgencias y entonces lo vi, a mi novio lo estaban reanimando, fue una imagen difícil de explicar, su cuerpo saltaba con la corriente y yo lo único que podía hacer era quedarme mirando, cuando sonó un largo pitido y los doctores anunciaban la hora de la muerte, me quedé en blanco, escuchaba a la madre de Gabriel gritar, llorar y patalear, pero yo aún no podía creer que era cierto, cuando lo comprendí, sentí que un pedazo de mi alma se iba con él.
Mi bus llegó a su destino, cafetería “medialuna”, donde Ale me estaba esperando con su radiante sonrisa de siempre, sonreí yo también y me senté con ella, porque hoy poco menos de una año después de la tragedia, estoy lista para avanzar, siempre recordaré los buenos momentos que pasamos, ahora puedo decir que he aprendido a apreciar a las personas a tu alrededor y quererlas, siempre te amaré amor mío, pero estoy lista para empezar de cero y divertirme, porque vale la pena vivir, vale la pena vivir por ti y en tu memoria Gabriel.

Rio con mi amiga una vez más y en este momento sólo tengo tiempo para ella.